miércoles, septiembre 17, 2008

RECOMENZAR


Devuélveme las horas
que consagré a pensarte,
devuélveme las lágrimas
regadas por tu ausencia.
Devuélveme:
los besos,
los gozos,
las caricias...
ésas que siempre quise darte,
ésas que nunca recibí.
Devuélveme las noches
de suspiros ahogados
y los días preñados
de eterna soledad.

Y yo me olvidaré
que fui pez en desierto,
y pájaro en la mar.

Arcoiris

domingo, septiembre 14, 2008

¿SE APRENDE A VIVIR?


Quién se atreve a decirme siquiera
cómo en qué manera, antes de morir…
Si alguien tiene la justa medida
quiero que me digan cómo hay que vivir.


¿Es un don?

¿Un acaso?

¿Una burla?

¿Tan solo un dilema querer ser feliz?


Con amor, sin amor, desamado,

con y sin problemas,

es vivir: ¿vivir?


A mitad de la cuesta y cansada,

ya no sé el camino que debo seguir.

Soy más lerda cuanto más aprendo

pues menos comprendo de la vida el fin.

Si alguien tiene la justa medida,

por favor me diga, cómo hay que vivir.


No me asustan los retos coherentes

ni mirar de frente hacia el porvenir,

del pasado me llevo lo bueno

y olvido con gusto lo malo que vi.

Mas quisiera saber la manera

de no haber vivido solo por vivir.


Si alguien tiene la justa medida:

ni mucho, ni poco, ni abajo, ni arriba,

quiero que me diga ¿cómo he de vivir?


Arcoiris.

PACIENCIA


Y esperó...

Llegó el día de su boda
y se casó.

Supo al poco, que no era el día esperado,
y siguió esperando.

Sin apenas quejarse.
Sin apenas preguntar.
Sin apenas mal decir.
Sin apenas protestar...

Siguió esperando.

Sin apenas contar cuántos soles,
cuántas lunas, cuántas primaveras,
sin apenas...

Esa noche lo supo, presintió que él estaba cerca.
Que en algún lugar él la buscaba.
Que en algún lugar él la añoraba.
Que en algún lugar él la esperaba.

Llamaron a la puerta...

Bastaron dos palabras,
dos miradas,
dos suspiros
y ambos supieron que, por fin,
había llegado el día.

Arcoiris